Larga vida a la SD Eibar de Mendilibar
Si echamos la vista atrás y revisamos partidos de hace 20, 30, 40 o 50 años, nos daremos cuenta de que el fútbol ha sufrido una evolución muy grande. Los jugadores han mejorado a nivel físico, técnico, mental, y, sobre todo, a nivel táctico. La formación, ya no solo de los futbolistas, sino de los entrenadores cada vez es mayor, además de que las herramientas que tienen a su alcance, especialmente ahora con las nuevas tecnologías, también ha ayudado.
El gran nivel de los entrenadores en LaLiga reduce las diferencias entre grandes y pequeños
Por eso, cada vez vemos partidos mucho más igualados, mucho más ajustados. En el caso de la liga española esto se está imponiendo cada vez más. Ya no solo es que el nivel de los grandes clubes españoles haya bajado, sino que la parte media-baja de la clasificación cada vez compite mejor. Ya no nos sorprende tanto que equipos como el Granada o el Getafe jueguen en Europa, que el Cádiz gane al Madrid en su campo o que el actual colista, el Valladolid, le plante cara y pierda por la mínima, tampoco que el Barcelona no pase del empate frente al Alavés.
Este cambio se debe a la táctica, a la forma de estudiar cada detalle, más que a nivel de los jugadores. De hecho, la globalización ha hecho un flaco favor al fútbol más modesto, aumentando las diferencias económicas entre los más grandes y los más pequeños. Por suerte, en España estas diferencias cada vez se notan menos gracias a los grandes técnicos que tenemos.
Como punto negativo, es cierto que cuando un partido llega a dimensiones tácticas tan altas, el espectáculo disminuye y, de nuevo, el mejor ejemplo es LaLiga. Sin ser una crítica –de hecho, la semana pasada defendimos la competitividad por encima del juego bonito-, es cierto que ya no nos divertimos tanto viendo fútbol. Por ejemplo, el Cádiz tiene un bloque defensivo asombroso, apenas deja espacios para que el rival avance, y eso provoca que los futbolistas rivales terminen dando pases entre ellos de una banda otra, pero sin pisar área, como pasó el día de Villarreal. Y sin ritmo, sin tiros, sin goles, el fútbol pierde su salsa.
Hay que darle una oportunidad al Eibar
Por eso creo que debemos admirar y disfrutar de los equipos de dimensiones más pequeñas que compiten a la perfección y encima lo hacen dando espectáculo. Por eso, hay que darle una oportunidad al Eibar de Mendilibar. Alguien que jamás haya visto un partido de los armenos pensará que va a ver a un equipo que jugará en bloque bajo y que tratará de defender para que no le hagan muchos goles. Se equivocan. El conjunto vasco te va a buscar siempre arriba. Te presiona en tu propia área seas el Madrid, el Barcelona o el Huesca.
Esto provoca que se generen espacios y ocasiones de peligro en contra, pero no importa porque al final al bueno de Mendi siempre le sale rentable. El técnico lleva salvando al Eibar desde 2015 y siempre lo hace con ese juego tan característico basado en la garra, en tirar hacia adelante, en no retroceder. Es un auténtico placer ver cómo conjuntos con presupuestos tan reducidos confían en una apuesta tan valiente a pesar de los riesgos. La clave está en que todos creen en ese modelo, porque si no, no funcionaría.
Y es evidente que el Eibar ha perdido a grandes jugadores en el último año. Las ausencias de Capa, Rubén Peña, Joan Jordán u Orellana, por decir unos pocos, han bajado el nivel del equipo. Pero no importa. Mientras siga el capitán del barco, mientras esa forma de jugar tan agresiva, casi contracultural en España, permanezca representándolos, debemos disfrutar de un equipo único en nuestra liga. Porque en un fútbol español cada más rico a nivel táctico, pero menos espectacular, hay que darle una oportunidad al que se atreve a hacer algo distinto, hay que darle una oportunidad al Eibar.
Foto de portada: SD Eibar
Fundador y director de AreaDePenalti.