La máquina perfeccionada de Bordalás
Probablemente, en España no haya un elenco más irritante y fastidioso que el Getafe. Es una obra compuesta a sol y sombra por José Bordalás, un heavy metal que orquesta cada dos semanas en el Coliseum. El técnico alicantino ha logrado crear una idiosincrasia distinta a los patrones establecidos en el coetáneo campeonato doméstico. Esta jornada volvía a vencer contra el Valencia y ya eran muchos los gigantes que conseguía, no solo aniquilar, sino inhibir por completo. Este equipo merecía un texto.
El Getafe, patromonio de LaLiga
Pasan las semanas y sigue sin haber una pócima que consiga, por méritos propios, desnaturalizar al Getafe, jugar a aquello que no quiere, incomodarle. A día de hoy es en LaLiga, el conjunto que más claro tiene su discurso al disputar los encuentros y esa máquina tan bien erigida la pasada campaña, que se quedó a tan solo un punto del pase a la Copa de Europa, se está perfeccionando a niveles quiméricos. Pagaría por ver la cara de los entrenadores de Primera cada vez que otean en su almanaque la aproximación del duelo ante los azulones. Pocos partidos recuerdo en que un equipo le haya impuesto su plan, cada contienda está destinada a un contexto parecido. El determinismo mecanicista que profería Descartes, se lo ha atribuido a su manera Bordalás. Esta locomotora posee un rumbo prefijado, como la “res extensa” para el filósofo francés.
Los prejuicios que arrastra este equipo son realmente sorprendentes. A veces se escucha un “no juegan a nada” otro “solo saben defender atrás” cuando sendas acusaciones no tienen fundamentos de peso. El Getafe es un artilugio simple pero eficaz, donde cada pieza es crucial, si una falla el mecanismo se viene abajo, aquí se origina la grandeza y dificultad de ser regular cada hebdómada. Además es, hogaño, el cuadro que más alta tiene su zaga cuando defiende. Con una presión asfixiante, un inteligente escalonamiento de sus fichas y transitando a espacios cortos, se ha convertido, si no lo era antes, en uno de los patrimonios de LaLiga.
Un hueso duro de roer
Ante el Valencia volvimos a ver a una de las características de este equipo, las diferentes alturas de su línea de medios. El doble pivote repartido, mientras uno arriba sofocaba y ahorcaba a los centrocampistas ches, el otro más atrasado, escobaba y barrisqueaba las caídas, intercepciones y los frutos del estrujamiento. Con esto, te obliga a varias cosas. Te compele a llevar el balón a banda, donde suele ser más fácil perderla por la proximidad de la línea de cal y la ausencia de espacio y ayudas, o lanzar arriba, contexto en que los centrales, de cara, no suelen perder los duelos. El Getafe huele la sangre y te lapida. Si estás mal orientado, date por muerto. También, en ataque posicional, si no buscan la disputa aérea, es común ver el pase lateral-delantero, en el que sus volantes de banda y pivotes sujetan a su marca, alejándose y limpiando la línea para que exista la conexión. A partir de esto, sendos fijadores se desmarcan, y aprovechando el poder hipnótico del balón, reciben sin marca.
La Revolución Europea
La obra de Bordalás poco le queda para aparecer en los diccionarios como sinónimo de intensidad y entrega. Cuando crees que te has zafado de la primera línea, te siguen apareciendo jugadores del Getafe. Se propagan. A veces hasta parece que haya más de azul. Te obliga a ser distinto, te desnaturaliza, condiciona todas las fases del juego. Asimismo, tiene la capacidad de, prácticamente, nunca perder la piel. Y es que hasta en los momentos en que parece que no discurre nada, se lucra.
Los encuentros que se le avecinan son Barça y Ajax, ambos de idiosincrasia y naturaleza parecida, pero opuesta a la que se emplea en el Sur de Madrid. El heavy metal contra la ópera refinada, la posesión contra la transición, la nobleza contra el proletariado. “Aux armes citoyens!” recitaba el pueblo francés a finales del siglo XVIII. Con esto se logró derrumbar la monarquía autoritaria y cambió el rumbo de Europa, Bordalás tiene la opción de hacer historia en el fútbol moderno. “Allons enfants de la Patrie, Le jour de gloire est arrivé!”
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