El Barcelona toca fondo en un resultado para la historia
El Estádio da Luz de Lisboa fue el encargado de acoger el tercer encuentro de cuartos de final de la Champions League entre FC Barcelona y Bayern de Múnich. El partido fue un baño totalmente descomunal y pocas veces visto a estas alturas de la máxima competición. 8 goles anotó el Bayern frente a un Barça que no pudo competir peor. El resultado final de 2-8 es el resultado más abultado en la fase final de la Champions y obviamente la peor derrota en la historia de los culés en Europa, que únicamente habían recibido esta cifra de goles en contra dos veces en LaLiga, durante la primera mitad del siglo XX.
FC Barcelona 2 – 8 Bayern de Múnich
Como principal novedad en la alineación, Quique Setién cambió el esquema a un 1-4-4-2 (en fase defensiva) con Arturo Vidal entrando por Griezmann. Por parte de los de Hans-Dieter Flick la ausencia del lateral francés, Pavard, hizo que Kimmich tuviera que actuar en el lateral derecho, abandonando la posición de mediocentro en la que ha jugado a lo largo de la temporada. Lo que podría haber sido un handicap para los alemanes resultó todo lo contrario, ya que Goretzka trabajando y sobre todo Thiago a los mandos del equipo realizaron un partido brillante.
Los alemanes jugaron con la línea defensiva muy adelantada
El encuentro comenzó con una puesta en escena esperada por parte del Bayern, ritmo frenético, llegadas por todas partes y una presión asfixiante tras perdida. No tardó demasiado en materializarse los pronósticos agoreros para el Barça durante la previa cuando Müller anotó el primer tanto a los 4 minutos. Centro de Perišić a la frontal desde la izquierda que recogió, Goretzka el control lo recibió Lewandowski y dejó de cara al Müller para el gol.
A partir de aquí pudimos ver al mejor Barça de la primera mitad. Logró encontrar los espacios de una adelantadísima defensa germana y en uno de los varios intentos a la espalda, el Barça igualó el choque. Balón filtrado al espacio, Alba llegó en carrera y su centro fue rematado por David Alaba en un despeje que terminó convirtiéndose en un autentico golazo en propia meta.
Cuatro goles en media hora
Este fue el único rayo de esperanza que pudo ver el Barcelona. El Bayern, tras unos minutos de bajón tras el gol, demostró que solo había un equipo en el césped, que con un hambre de victoria y una competitividad extrema arroyaron a todo lo que les pasó por delante. Los que sucedió desde el empate hasta el cuarto gol en el minuto 30 pareció ejecutado por una máquina alemana perfecta cuyos engranajes encajaban con precisión milimétrica. Perišić en el 21, Gnabry en el 27 y nuevamente, Müller, totalmente indetectable, en el 31 terminaron por acabar con cualquier muestra de optimismo blaugrana.
El tanto de Suárez no cambió nada
En la segunda mitad Setién intentó agitar el encuentro con la entrada de Griezmann, y el gol de Suárez en el 57, tras un gran recorte a Boateng, pareció ser un llamamiento desesperado a la épica. Pero nada más lejos de la realidad. Minutos después, en el 63, Alphonso Davies realizó una jugada en banda izquierda difícil de describir. Una autentica exhibición de potencia y poderío físico que dejó atrás a tantos rivales como iban apareciendo en el avance del canadiense. Por si no fuera poco, logró adentrarse desde la línea de fondo con una tranquilidad insultante y regalando el quinto al otro lateral, Kimmich.
Cinco goles y algo extraño. Ninguno de Robert Lewandowski. Pues bien, el polaco también quiso un trozo del pastel y puso el sexto tras un remate en el segundo palo que fue revisado por posible fuera de juego. 14 goles lleva ya Robert en esta edición de la Champions, igualando el mejor registro de Leo Messi en 2012.
Para terminar este retorcido guion, el jugador cedido por el propio Barça, Philippe Coutinho fue el ejecutor de los dos últimos goles. El séptimo y el octavo tuvieron la firma del brasileño, que terminó pidiendo perdón al club al que deberá regresar a final de temporada.
El Bayern favorito, el Barcelona en crisis
De esta forma, si ya lo era antes, ahora aún más, el Bayern se posiciona como principal favorito para levantar la ‘orejona’. El partido de hoy es un tremendo golpe encima de la mesa que viene a confirmar las sensaciones que el equipo estaba dejando tras el parón. 28 partidos consecutivos sin perder: 27 victorias y un empate. Un auténtico coloso que ya espera a Manchester City u Olympique de Lyon en unas semifinales en las que no estarán ni Messi ni Crsitiano Ronaldo por primera vez desde la temporada 2004/2005
En la otra cara de la moneda queda un Barcelona completamente sin rumbo. Setién tiene muy complicado seguir y Piqué, en la entrevista post partido, hizo referencia a la necesidad de revolución en el club: “Ha sido horrible, una sensación nefasta, vergüenza es la palabra. No se puede ir por Europa así, no es la primera ni la segunda vez. Es muy duro, espero que sirva de algo. El club necesita cambios y no hablo ni del entrenador ni de los jugadores. Si tiene que venir sangre nueva y cambiar esta dinámica, soy el primero en irme y en dejarlo. Ahora sí hemos tocado fondo.”
Foto de portada: @Championsleague
