Doblete para el Bayern tras vencer por 2-4 al Leverkusen
El Bayern tuvo 45 minutos brillantes y una segunda parte un poco menos eficiente, pero logró su 20º título de DFB-Pokal. Jugar con Kimmich, Davies o Lewandowski lo hace todo más fácil. Bosz se equivocó con el planteamiento inicial del Leverkusen, y cuando rectificó ya era tarde.
Bayer 04 Leverkusen 2-4 FC Bayern de Múnich
El Olympiastadion estaba de gala, sin público, pero preparado para la final de la DFB-Pokal, partido que alberga desde 1985 y que mantendrá por lo menos hasta 2025. En la final de la edición número 77 del torneo se enfrentaban el Leverkusen y el Bayern. Último partido de la temporada en el fútbol alemán.
Las aspirinas hicieron una temporada fantástica, se implementó el fútbol ofensivo y Havertz siguió liderando el equipo. Lucharon hasta el final por la cuarta plaza, pero finalmente quedaron quintos y jugarán la Europa League. Aunque si ganan la actual edición de este torneo, irían a Champions League. En los locales sorprendió la suplencia de Demirbay, y los visitantes salieron con el once de gala.
Los Bávaros no tuvieron su mejor temporada, pero acaba a lo grande. Cambiaron a Kovac por Flick debido a malas dinámicas, y el equipo reaccionó. Müller hizo su reaparición estelar y los Kimmich, Davies, Alaba y compañía se afianzaron en posiciones menos habituales. ¿Resultado? Campeones de Bundesliga.
La gran final
A los diez minutos ya quedó claro el que sería el guión de la primera mitad. Presión altísima del Bayern y más aún cuando fuera tras pérdida. Vendaval ofensivo. El Leverkusen no supo encajar esto hasta que fue tarde.
Al 14’ se vio recompensado el hambre de los de Flick. Tapsoba hizo falta arrollando a Lewandowski en el borde de su área. Alaba y Müller para el disparo. El austriaco la tocó con delicadeza por encima de la barrera y la colocó en la escuadra. Golazo. 1-0.
Siete minutos después la ocasión sería para Müller, aunque sin querer. Gnabry lo intentó disparando desde la esquina del área, el balón rebotó en un Müller que sólo pasaba por allí y Hradecky se lució con una mano de reflejos felinos abajo a su izquierda.
No Demirbay, no party
Los de Bosz estaban completamente inoperantes. Les duraba poco el balón y Baumgartlinger y Aránguiz no eran suficiente para tener control en el medio. Sin Demirbay, no había opciones de salir a la contra, así que se limitaban a defender como podían.
En el minuto 23’ llegaría el 2-0. Tras un rebote, Müller en el centro del campo se la dio de cabeza a Kimmich, que con una clarividencia única bajó el balón y filtró rápidamente un pase a Gnabry, que se le llevó en carrera y acabó disparando cruzado a la base del palo derecho.
Hasta el minuto 30 no llegaría la primera del Leverkusen. Havertz con un pase profundo en la banda para Diaby, que la puso abajo para Bailey. El jamaicano la mandó a las nubes, pero aunque fue anulada por fuera de juego, esta acción se repetiría bastante en la segunda mitad. Llegamos al descanso con el mismo monólogo del Bayern. Un Leverkusen que renunció a su identidad ofensiva en una final y lo estaba pagando.
Al descanso Bosz buscó la reacción
Con el descanso el entrenador del Leverkusen dio entrada a Demirbay y a Volland en detrimento de unos casi espectadores Amiri y Baumgartlinger. Havertz pasaba a la media punta y el equipo de las aspirinas podría por fin empezar a desplegar su juego.
Si algo ha demostrado el equipo de Flick hasta ahora, es que compite. Siempre quiere más. Por eso con 2-0 en una final no dejaron de morder y de intentarlo. Así en el minuto 56’ estuvo a punto de llegar el tercero. Se asociaron Davies y Coman en banda, el francés dejó atrás a Bender y puso atrás un balón para Lewandowski, que sorprendentemente manó muy por encima del larguero.
Pero esta vez sí hubo reacción. En el 57’ Diaby se fue por velocidad de Davies y puso un balón perfecto para un Volland completamente sólo en el área. El alemán se hizo un lío y no contactó con el balón, que pasó por delante de él. Era el 2-1.
Si perdonas lo pagas, suele ser una máxima del fútbol. Un minuto después, Neuer buscó en largo para Lewandowski, que cogió la espalda de Bender, hizo un control espectacular y acto seguido conectó una volea desde muy lejos. El balón iba al medio, pero Hradecky intentó amortiguar el disparo botando el balón, que le pegó en la cara interior del muslo y acabó dentro de su portería. 3-0.
Perdiendo de tres, tiraron de orgullo
Lejos de rendirse, el Leverkusen se rompió y fue con todo al ataque. En el 62’ Havertz rompió a Davies y centró para un Bailey sólo en el borde del área pequeña, pero Boateng cortaría el pase en la acción defensiva del partido. Demirbay centró el córner y Bender cabeceó a la red tras librarse de su marca, Goretzka. 3-1.
Los de Bosz sabían cómo hacer daño. La velocidad de Bailey y Diaby por fuera para buscar por dentro a Volland y Havertz, que en la segunda mitad se hinchó a filtrar balones buenos.
Los locales creaban e incomodaban a los bávaros, pero no lograban hacer gol. Se empezó a notar el cansancio y Perisic, recién entrado, empezó a brillar. En el 74’ llegaría la sentencia. Enésimo balón perfecto de Kimmich, esta vez para Perisic en carrera, que la deja atrás y Lewandowski define picando sobre Hradecky. 4-1.
En el 92’ se maquillaría el marcador, pero ya estaba decidido. Tras un gol de Volland anulado por fuera de juego en un córner, el árbitro iría al VAR. Se descubrió una mano previa de Alaba y se pitó penalti. Lo lanzó Havertz y no perdonó. Y con su tanto, llegaría el final del partido.
Aún quedan las competiciones europeas
Hansi Flick ha caído de pie en el Bayern. Ha logrado el doblete y ya piensan activamente en una Champions League en la que se saben uno de los favoritos. Pensar en el Triplete no parece descabellado. Los de Bosz hicieron un gran año, y aunque el final no ha sido el esperado, todavía tienen la opción de coronarse con la Europa League. El proyecto es sólido y da confianza. Quizás pierdan a Havertz, pero son mucho más que eso. Ilusión.
Foto de portada: @FCBayern